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Hoy, 01 enero 2024, además de marcar el inicio de un nuevo año, también se celebra el 161 cumpleaños del creador de los Juegos Olímpicos Modernos, Pierre de Coubertin.

Hijo de Charles-Louis y Agathe-Marie, Coubertin fue el responsable de recuperar uno de los mayores legados de la Antigua Grecia, los Juegos Olímpicos, convirtiéndose con sólo 25 años en un líder del movimiento olímpico y deportivo, y de la reforma del sistema educativo en Francia.

Al actualizarse la visión en su época, fue claro al decir que el propósito de los Juegos nunca fue sólo la práctica del deporte, sino el desarrollo de la paz, el respeto mutuo entre los pueblos y el internacionalismo. Este se concretó el 23 de junio de 1894, tras el Congreso de París, celebrado en la Sorbona, cuando se oficializó la creación del Comité Olímpico Internacional.

Hace 161 años nació Charles Pierre de Frédy, barón de Coubertin. Defensor del entendimiento y la armonía entre los pueblos, Coubertin nació el mismo día de la Fraternización Universal, también conocida como Día de la Paz.

Para comprender la figura de Pierre de Coubertin es posible situarlo en el contexto político y social de la Francia de finales del siglo XIX y principios del XX. El período estuvo marcado por constantes cambios de gobierno y régimen, como la derrota del ejército francés en la guerra franco-prusiana contra Alemania en 1870-71.

Coubertin creía que Francia podía resurgir de las cenizas y regenerarse mediante una profunda reforma educativa, donde la juventud se renovara física y moralmente. Los valores inspiradores para estructurar esta reforma serían tomados de la cultura clásica, mezclados con valores humanísticos y provenientes del Renacimiento europeo.

Coubertin había recibido una educación basada en la cultura clásica y estaba fascinado por el mundo helénico, admirando el santuario de Olimpia y su contexto cultural y espiritual. Creía que el conocimiento clásico jugaría un papel importante en su reforma educativa. También admiraba la concepción humanista del Renacimiento, centrada en el ser humano y su deseo de perfección, valorando también las ciencias y las humanidades. Todos estos elementos deben juntarse para comprender el concepto de reforma educativa de Coubertin, así como el énfasis que puso en la educación física y el deporte, que consideraba fundamentales para el bienestar físico, moral e intelectual de los seres humanos.

Cuando Coubertin concibió su reforma educativa para Francia, todavía no pensaba en restablecer los Juegos Olímpicos. A finales del siglo XIX emprendió un viaje por el mundo anglosajón, donde analizó los sistemas educativos norteamericano e inglés para recoger referentes para su modelo reformista. Apreció la combinación de educación física, moral e intelectual que se ofrece en las instituciones educativas de habla inglesa.

Luego, en 1892, mencionó por primera vez la idea de revivir los Juegos Olímpicos y comenzó a concebir una nueva mirada sobre el aspecto moral a nivel internacional. Como consecuencia de esto, el 23 de junio de 1894 se estableció finalmente el Movimiento Olímpico moderno en el anfiteatro de la Sorbona.

Coubertin estaba convencido de que la Educación para la Paz a nivel internacional sólo sería eficaz si el aprendizaje teórico iba acompañado de la experiencia personal. Es decir, el deporte sería, para él, el instrumento ideal para lograr este objetivo. En este sentido, los Juegos Olímpicos deberían convertirse en un instrumento de Educación para la Paz entre las naciones: “Las guerras estallan porque las naciones tienen malentendidos entre sí. No habrá paz hasta que se superen los prejuicios que ahora separan a las distintas razas. Para lograr este objetivo, ¿qué mejor manera que reunir periódicamente a los jóvenes de todos los países para competiciones amistosas de fuerza muscular y agilidad? Durante la Antigüedad, los Juegos Olímpicos controlaban los deportes y promovían la paz. No es una ilusión buscar de ellos beneficios similares en el futuro”, reflexionó Coubertin en uno de sus pasajes.

Éste es el valor pacífico que nos legó Pierre de Coubertin. Quería ver a personas de todos los continentes reunirse en el estadio para promover la Paz, desde el 1 de enero hasta el resto del año.